No es nada nuevo esto del tema de la postura. Ya muchos antiguos lo habían mencionado en sus escritos y sentaron las bases de esta revolución del conocimiento. Desde los tiempos de Platón, Hipócrates y Aristóteles, existieron muchos estudiosos que se intrigaron por el tema de la postura e intentaron encontrar una explicación al misterio de la postura erecta humana y destacaron la relación de la complejidad de esta posición con el tamaño del cerebro y la habilidad para el lenguaje articulado y algunos la asociaron también a la capacidad de pensamiento. En Memorabilia, una colección de diálogos socráticos escrita por Xenophon, un discípulo de Sócrates, alrededor del 371 hace mención a la postura erecta y los beneficios que esta le aporta a la existencia humana en cuanto a visión y bienestar, con respecto a las bestias que se mueven sobre sus cuatro patas. Así mismo, Platón y Aristóteles postularon teorías que intentaban establecer una conexión entre la postura erecta y las habilidades cognitivas. Ya ellos habían explorado la existencia de una fuerza misteriosa contra la que debíamos luchar para mantener nuestra postura erecta y que hacía que todos los cuerpos tendiesen a caer hacia el centro del Universo, que para ellos coincidía con el centro de la tierra. Solo hasta el siglo XVI, gracias a las observaciones y los estudios de Sir Isaac Newton, se llegó al descubrimiento de esa fuerza, que él llamo fuerza de Gravedad.
Heinrich Cornelius Agrippa von Nettesheim (Köln 1486 – Grenoble, 1535) definió el equilibrio postural como aquel existente entre las distintas estructuras que integran el cuerpo humano y que le permiten mantenerse erguido. Una alteración a cualquier nivel repercutirá en el resto del organismo.
Giovanni Alfonso Borelli, en el siglo XVII, en sus libros de Motu Animalium I y II, sugirió por primera vez el efecto contráctil de los músculos y dibujó el efecto de la fuerza de gravedad y su acción en el mantenimiento del balance corporal. Los diseños de Borelli destacan el hecho que, para que un hombre estuviese en equilibrio, era suficiente que la línea de gravedad cayese dentro de su base de sustentación. Borelli escribió: “Durante milenios, el hombre ha estado de pie sin hacer preguntas sobre el mecanismo que permite esta postura. La idea de una máquina animal era desconocida. Cuando descubrió que los cuerpos celestes estaban sometidos a las leyes de la mecánica similares a las ejercidas sobre él y sobre el resto de la naturaleza, entonces él, comenzó a pensar en su propio cuerpo en términos de masas, aceleraciones, fuerzas, equilibrio”.
•El sistema postural es un todo estructurado, con entradas múltiples y diversas funciones que se complementan entre sí:
– oponerse a la gravedad y mantener una estación erecta
– oponerse a las demás fuerzas exteriores ;
– situarnos en el espacio-tiempo estructurado que nos rodea ;
– equilibrarnos en el movimiento, orientarlo y reforzarlo……bailar.
¿Quién controla lo que dicen esas manos?
¿Quién da las ordenes para que el cuello de uno y otra tomen las inclinaciones respectivas que convienen al gesto motor a dúo?
EL SISTEMA POSTURAL