Nuestra experiencia como podólogo Barcelona nos anima a explicaros algunas de las dudas que más nos consultáis sobre la ciencia de la podología. Muchas veces nos preguntáis cómo nos preparamos como podologo Barcelona o cuáles son las lesiones y trabajos más comunes en nuestra clínica. Vamos a intentar responderos a esas cuestiones y alguna más.
Hace relativamente poco tiempo que se nos conoce como podologos. Antes de que esta profesión pasara a regularse por su titulación actual, eramos más conocidos como «callistas» y desde el año 1988 que se reguló la profesion, no se puede ser podologo Barcelona a no ser que hayas cursado los estudios correspondientes. Sólo la titulación te cualifica como podologo preparado para la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de las condiciones no naturales de nuestros miembros inferiores. Es por ello que en nuestra clínica todos nuestros podólogos, enfermeros o colaboradores cuentan con la titulación adecuada a su puesto.
Todas las partes de nuestro cuerpo cumplen con una función importante, pero no todas cuentan con un profesional sanitario especializado. En cambio nuestros pies si que lo tienen. Así, será el podologo el que mejor pueda tratar sus circunstancias debido a su gran especialización.
Nuestros pies, como cualquiera de las partes de nuestro cuerpo, sufren sus propias alteraciones y es ahí cuando el podólogo entra en juego, para devolverle sus condiciones normales.
Ya sea por alteraciones funcionales, como una mala pisada o por enfermedades producidas por hongos o bacterias nuestros pies pueden sufrir por muchos factores diferentes y con un tratamiento adecuado no sólo se ayuda a recuperar su estado normal, además se incrementa nuestra calidad de vida. Una postura equivocada puede llegar a ser muy molesta y a producir trastornos muy complejos, originando dolores de espalda, de cabeza y pérdida de la motricidad a la larga.
En nuestra clínica ayudamos a personas de todas las edades a recuperar su salud y a prevenir los problemas más habituales con nuestros consejos. En edades tempranas comprobamos que el desarrollo de pies y uñas sea normal y prevenimos los casos de encarnamiento en las uñas de los más jóvenes, un problema muy habitual, al que un podologo Barcelona puede darle una solución aliviando inmediatamente los dolores asociados.
Más tarde, en niños y adolescentes, tratamos los papilomas, por ejemplo, que son una de las enfermedades más comunes dentro del grupo de usuarios de piscinas o gimnasios. Solo un podologo Barcelona puede diagnosticarlo correctamente, diferenciarlo de callos o helomas y elegir el mejor tratamiento para eliminarlo. También a estas edades son habituales el pie de atleta, o las uñas encarnadas.
En la infancia y adolescencia además podemos tratar los problemas funcionales de la postura y de la estabilidad a través del sistema podal. Y gracias a una atención temprana podemos prevenir problemas complejos que en la vida adulta serán más complicados de corregir. Por ello es muy adecuado acudir al podólogo en cuanto se sospeche de cualquier trastorno o enfermedad. Con una revisión podemos explicarte cualquier molestia y ayudarte a recuperar la normalidad.
Hasta aquí las intervenciones más habituales en niños y adolescentes. En otro artículo os explicaremos las afecciones que más trata un podologo Barcelona en los adultos.