ÚNICO. Cada pie tiene su propia morfología (tamaño, volumen, forma). Se suele hablar de pie normal, pie cavo o pie plano, aunque existe una infinidad de combinaciones entre tamaño, volumen y forma. Cada uno deja una huella totalmente única.

EVOLUTIVO. Cada pie evoluciona a lo largo de la vida. El pie a los veinte no es el mismo que a los treinta…El pie se adapta al cuerpo en su funcionamiento.

SENSIBLE. Los pies nos sujetan constantemente y nos transmiten una enorme cantidad de sensaciones. Son auténticos sensores que tienen una gran influencia en nuestro cuerpo.

REACTIVO. El pie tiene un comportamiento único y reacciona según las necesidades. Varía entre promoción y supinación.

COMPLEJO. Es imposible reproducir exactamente el movimiento del pie. Cada pie consta de 29 huesos (entre los dos, la cuarta parte de nuestro esqueleto). Debido a la demanda que les hacemos a los pies, tienden a hundirse, deformarse y a absorber las ondas de choque, dando lugar a inestabilidades.

LA BASE. El pie es la base del cuerpo. Todo el peso del cuerpo se proyecta en unos pocos cm2. El pie funciona como estabilizador, amortiguador y propulsor. Es un vector fundamental para mantener el equilibrio y bienestar de nuestro cuerpo.