Quiropodia

La quiropodia es el tratamiento podológico que consiste en la eliminación de callosidades y alteraciones en las uñas de los pies, con el fin de evitar y prevenir posibles molestias provocadas por el uso de un calzado inadecuado. Se dirige por un lado a evitar el dolor, y, por otro, a evitar futuras lesiones, más graves, como pueden ser ulceraciones dolorosas que pueden llegar a impedir el caminar.

Siempre es mejor la detección precoz de cualquier alteración a nivel de los pies o las uñas, ya que puede prevenir problemas más graves en el futuro.

Un control periódico de nuestros pies es la mejor prevención contra posibles dolencias o patologías.

No existe una edad concreta o una época del año más indicadas para realizarlas. Aunque suelen ser más comunes entre los adultos, cada vez se usa este servicio por personas más jóvenes, en especial deportistas. La quiropodia incluye el tratamiento de patologías y dolores que nos impiden caminar con normalidad. Además, estas patologías pueden afectar junto a los pies, a otras partes del cuerpo del paciente. Por ejemplo, traducirse en un dolor de rodillas de cadera o de espalda.

La quiropodia permite al médico podólogo detectar otras posibles dolencias como pie diabético, fascitis plantar, tendinitis, dedos en garra,….., así como aplicar anestesia local, en caso de que el tratamiento pueda causar dolor.

Por otro lado, el hecho de que se enseñen más los pies en verano, hace que, a medida que se aproxima esta época, haya mayor demanda de quiropodias.

En cualquier caso, los especialistas recomiendan una de estas sesiones, al menos, una vez al año.

Estas sesiones permiten también que el podólogo haga una revisión de posibles enfermedades de la piel tales como hongos o papilomas, entre otras. La quiropodia incluye el corte y fresado de uñas terapéutico, deslaminación de hiperqueratosis (durezas), tratamiento de callosidades y helomas, fresado de talones y la hidratación con masaje relajante.